Todos los años en nuestra región tropical se presenta un fenómeno de lluvia bastante tradicional. La precipitación pluvial que recibe el país por sus latitudes en la mayoría de los casos es bastante predecible.
A diferencia de años anteriores, este año en particular ha tenido un comportamiento más copioso.
Estimo importante reconocer, sin ser experto en el tema, que no puede haber más o menos agua que la que ya existe en el mundo. Este recurso tan valioso solo se transforma en su estado.
Como fenómeno del comportamiento de los ciclos lluviosos, parece que en unos años el sur pacifico (del otro lado del hemisferio) tiene una incidencia mayor en el procedente de agua pluvial, causando una serie de estragos naturales en su paso.
Este año particularmente parece que nos ha tocado a nosotros en Guatemala este tipo de comportamiento, en que el exceso de agua produce grandes daños.
Para mencionar algunos, somos un país netamente agrícola en cuyo caso, el exceso de agua hace que cause atrocidades a nuestras cosechas.
Dos, tenemos una infraestructura vial con muchas limitaciones y sumado a ello, la poca capacidad para manejar los excesos de agua pluvial deja como resultando grandes daños a nuestras carreteras.
Finalmente, vemos como consecuencia de este comportamiento una paralización en la operatividad comercial del país, partiendo que no pueden fluir de igual manera las mercancías que se producen y se exportan desde Guatemala, como aquellas que ingresan a nuestra nación.
Es importante como sociedad que nos eduquemos profundamente de este fenómeno, ya que todos formamos parte de una estructura global en la que la interdependencia de los procesos internos y externos en la producción de riqueza, cada día nos amarra más y nos hace depender unos de otros. Es por ello que, pasa a ser nuestra obligación tomar todas las acciones necesarias para que partiendo de los escenarios reales que ya ha vivido el país, se creen las iniciativas que permitan que el fenómeno pluvial no sea tan determinante en el desarrollo de nuestra economía.
No podemos prever todo, pero si intentar prepararnos para llevar la delantera con el tiempo.
¡Animo!