El año 2024 ha arrancado a todo vapor con una serie de acontecimientos trascendentales para nuestro país y su economía.
Empiezo con señalar el importante evento del cambio en las autoridades de gobierno, entrando a ocupar la silla del ejecutivo un nuevo partido político, con una nueva visión de país y una serie de compromisos y expectativas para con la población guatemalteca.
Dos, una situación macroeconómica bastante estable en Guatemala; no obstante, el evento anteriormente mencionado (el cambio de gobierno), no por mérito de las nuevas autoridades, sino por lo pujante y fuerte que es nuestra industria, nuestra actividad agrícola y el comercio en todo el país.
Tercero, la inercia que genera la fuerza laboral de más de 18 millones de guatemaltecos, aquellos que forman parte de la actividad productiva, salen a la calle todos los días sabiendo que ponen su grano de arena como parte del andamiaje económico de nuestro país.
Pareciera que cada uno está haciendo su parte, ¿quién falta?
Desafortunadamente tenemos un estado totalmente debilitado, que ha descuidado la gestión pública (servicios básicos como educación, salud, seguridad, justicia y también extremadamente importante, infraestructura).
No es prudente señalar a las nuevas autoridades, ellos están recibiendo la gestión de gobiernos pasados quienes no han rendido cuentas por los desaciertos de su administración. Hoy, como guatemaltecos nos toca darles el beneficio de la duda partiendo de la premisa que todos estamos en el mismo barco.
Aun así, la inercia económica es increíblemente buena para Guatemala; aprovechemos la aviada que lleva el país, estamos en un excelente momento y con un buen empujón podemos despegar.
¡No dejemos de poner nuestro grano de arena!