La semana pasada tuve la oportunidad de visitar República Dominica por motivos de trabajo. Fue mi primera visita post pandemia a la isla, mis impresiones extremadamente gratas, déjenme compartir algunas de ellas.
Tenía la impresión como suele suceder en las islas del caribe, que el ritmo de vida iba a ser más pausado, más aún en medio de la pandemia. Para mi sorpresa, el país con una energía pujante trabajando casi en condiciones normales, con expectativas de un crecimiento económico para el año 2021 por encima del 5% del PIB.
Me impresiono muchísimo la estructura del servicio social, hoy bastante más avanzado que el nuestro, con la posibilidad de poder accesar servicios privados tanto de cuidados médicos como de pensiones de retiro. Una estructura muy ágil, eficiente y madura. Arrancó el modelo desde el año 2003 en la isla, ha sido también la plataforma para generar fondos de inversión y dinamizar el crecimiento económico de las empresas, compitiendo con el sistema bancario local.
No obstante las diferencias raciales y socio económicas de la sociedad en República Dominicana, se percibe una mayor integración social; la forma de referirse de sus connacionales no produce el nivel de división y enfrentamiento que a veces se lee en la sociedad guatemalteca. Me lleve una impresión de una sociedad con más intereses comunes, no obstante sus diferencias.
Finalmente, me llevo la idea de una sociedad más incluyente, donde la calidad de vida de más dominicanos tiende hacia una mejoría. Esto produce más bienestar y genera una actitud más positiva hacia el futuro de la nación.
Traigo muchas ideas de la isla, ojala logremos implementar algunas de ellas para ir emulando aquellos comportamientos que nos permitan vivir mejor a más guatemaltecos, en nuestra linda Guatemala.
Vamos hacia adelante!