El proceso electoral de cara a las elecciones generales de Guatemala para el año 2023, empieza a tomar sabor y forma.
Cada cuatro años, el proceso de elecciones generales en nuestro país repite la misma tónica populista en la que los candidatos se alistan a participar en tan importante y atractiva campaña electoral.
Me permito decir importante ya que se define, aunque por un lapso de pocos años (4), a las autoridades que van a dirigir el destino del país. Puede parecer que lo más trascendental de este proceso es la forma en que se dictan lineamientos de cómo se ejecuta la práctica política de elegir y ser electos en Guatemala, y con ello, las expectativas de verdaderos cambios en el horizonte.
¿Por qué es tan difícil cambiar y hacer cosas nuevas en el proceso electoral de elecciones?
Parece entre otras cosas, que son muy pocas las personas que quieren un verdadero cambio. El status que hoy impera en nuestro país, define un escenario donde la forma de dividir el poder (partir la vaca) está ya de forma tácita dictada entre diferentes grupos sociales. Por un lado, los empresarios, por otros los políticos, en otra línea los sindicatos, en otra el crimen organizado, etc., haciendo cada quien lo suyo, tratando de manejar un balance social que haga que siga girando el engranaje.
¿Qué tenemos que hacer para cambiar esta realidad?
Importante cambiar la ley de partidos políticos, pero más importante aún es cambiar la forma en que todos percibimos la participación cívica. Aquí quiero hacer énfasis a que regresemos a las bases de lo que representa esta última responsabilidad y básicamente más que una oportunidad, es un deber del ciudadano.
Para que nuestros ciudadanos entiendan la trascendencia de este principio, tenemos que arrancar por educarnos en los principios y valores que representa e incorpora la ciudadanía. Regresemos al punto cero en que primero tenemos que aprender a ser buenos ciudadanos y con esas herramientas podamos tomar la responsabilidad y el deber que conlleva nuestra participación en la política.
¡Buenas personas hacen buenos ciudadanos, buenos ciudadanos hacen grandes países!
¡Trabajemos en ello!