Hace algunas semanas tomo posesión el nuevo presidente electo en la Republica de Perú, el señor Pedro Castillo.
En un proceso electoral muy reñido contra la candidata de derecha Keiko Fujimori, el señor Castillo logra consolidar la mayoría del electorado por medio de un proceso electoral legítimo y transparente.
Un candidato de extrema izquierda dirige los destinos de la Republica de Perú. Que puede esperar Latinoamérica y el pueblo peruano:
Un giro diametralmente opuesto a las políticas públicas de dicho país, basado en las mismas declaraciones del nuevo presidente y su partido, que tienen como pilar fundamental la ideología marxista, la economía popular y la oposición al libre mercado.
El éxodo de capitales peruanos, bajo la premisa de una fuerte persecución al sector privado.
La expectativa generalizada de mejorar la calidad de vida de muchos ciudadanos peruanos que se han visto en un total abandono durante los últimos cuarenta años.
Parece que no hay escoba nueva que barra mal, este es el caso del mensaje populista que lleva el nuevo presidente a las grandes mayorías peruanas.
La pregunta del millón; ¿es sostenible en el tiempo un esquema de orden político sin incentivos empresariales que menoscaba a la iniciativa privada, que paga impuestos y genera oportunidades de trabajo?
Dos, porque si es tan necesitada la anterior estructura, ¿el pueblo peruano ha decidido por acudir a la izquierda para cambiar el rumbo del país?
Pareciere que el populismo que hoy vemos en América del Sur, ha resultado ser más una consecuencia a la realidad que en su momento vivieron países como Venezuela, Bolivia y ahora Perú, que una verdadera causa que hoy agita a la sociedad peruana.
Pidamos mucho por nuestros hermanos del Sur.
¡Animo!